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Crujientes en los bordes, masticables y achocolatados en el medio, y finos, tan finos. Mi fórmula 'secreta' ha sido adaptada de la famosa receta de Alton Brown, 'The Thin', y es bastante infalible. La única variable real es el tiempo de cocción, ya que todos sacamos cantidades ligeramente diferentes. Y sí, ¡por supuesto que puedes agregar nueces a las tuyas!
Batir la harina, la sal y el bicarbonato de sodio en un tazón. En un tazón aparte, bata la mantequilla, el azúcar blanca y el azúcar morena hasta que la mezcla esté suave y esponjosa, de 3 a 4 minutos. Agrega el huevo, la leche y el extracto de vainilla. Batir los líquidos en áreas pequeñas alrededor del tazón, luego todos juntos para evitar que se separen.
Vierta los ingredientes secos en los ingredientes húmedos; revuelva hasta que la harina esté bien mezclada. Agregue las chispas de chocolate.
Transfiera la masa a una bolsa de plástico con cierre. Refrigere hasta que la masa esté firme, al menos 2 horas.
Precaliente el horno a 375 grados F (190 grados C). Cubra una bandeja para hornear con papel pergamino.
Saque cucharadas redondeadas de masa y colóquelas en una bandeja para hornear preparada, dejando 4 pulgadas de espacio entre las galletas (aproximadamente 8 por hoja). Hornee en horno precalentado hasta que las galletas estén doradas, aproximadamente 12 minutos. Deslice el pergamino y las galletas en una rejilla para enfriar durante unos minutos. Retire el pergamino y termine de enfriar las galletas en la rejilla.